EL PROBLEMA DE ENCONTRAR PAN DE MOLDE NO CATALÁN

Es un ejercicio altamente recomendable llevar al hiper las gafas del cerca -aquel que las necesite- y comprar mirándole el culo a lo que se compra. Tiene la ventaja de evitar aprender interminables listas de productos con empresas radicadas en Cataluña y, de camino, caer en algún que otro error de memoria. Al poco no es necesario mirarle la trasera a los productos habituales.

Como dije en la primera entrada de este blog personal, mi intención es contar las dificultades y peripecias que encuentro a la hora de redireccionar el dinero que gasto en la cesta de la compra hacia lugares en los que no me importe transferirle mi escasa riqueza, consistente en la compra de sus productos y servicios. Y eso incluye desde lugares de lo más cercano a los mas lejanos, pues no soy chauvinista. No es exhaustivo y hablará demasiado del Carrefour o del Mercadona solo por una razón: coincide que es allí en donde más compro... porque los tengo cerca.

El primer problema con que me encuentro es con los panes de molde. ¿Saben que no pueden comprar pan de molde de marca conocida que no sea catalán? Bimbo (y sus marcas Silueta, Ortiz, Martínez) o Panrico (con marcas además como Donuts o Bollycao) copan el mercado. Supongo que habrá otros fabricantes, pero ni en Carrefour ni en Mercadona los hay, salvo que me vaya para las respectivas marcas blancas. En el caso de Carrefour, hace algún tiempo estaba fabricado en Guadalajara (se conoce por la sigla provincial del Registro de Sanidad, similar a las antiguos distintivos provinciales de las matriculas de autos). En el caso de Mercadona también compro en sus distintas opciones de pan de molde de marca propia (con corteza, sin corteza y rústico), pero me he tenido que olvidar de las marcas

Esta muestra da una idea de como, mucho mas allá del anecdótico y festivo cava, diariamente damos dinero y más dinero atrapados por una verdadera situación de oligopolio. No es el único sector, ni mucho menos.

Seguiré informando.